“Por la noche, soy libre. Nadie oye mis monstruos, salvo yo mismo. Pero mi libertad es frágil. Porque todas las mañanas, una y otra vez, el sol rompe la noche. Es una buena forma de morir.” Entrada antigua del diario de Finn Price.
Mi nombre es Calla Price. Tengo dieciocho años y soy la mitad de un todo. Mi otra mitad —mi hermano mellizo, mi Finn— está loco. Lo amo. Más que a la vida, más que a nada. Y a pesar de que me aterroriza pensar que me hundirá con él, nadie, salvo yo, puede salvarlo.
Estoy haciendo todo lo que puedo para permanecer a flote en un mar de locura, pero me ahogo un poco más cada día que pasa. Entonces busco un sustento. Dare DuBray. Él es mi salvador y mi anticristo. En sus brazos me siento segura y tengo miedo, en sus brazos estoy en mi territorio y estoy perdida. Él me curará, me destruirá, me amará y me odiará. Él tiene el poder de destruirme. Quizás eso esté bien. Porque no parece posible que pueda salvar a Finn y amar a Dare sin que nadie salga lastimado.
¿Por qué? A causa de un secreto. Un secreto que me insume tanta energía desentrañar que nunca lo intuí. Ustedes tampoco lo vislumbrarán.
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