Según el filósofo Mencio, los niños son como brotes que dependen de la tierra, la luz del sol, el agua y sobre todo el esfuerzo y la dedicación de unos jardineros pacientes. A veces necesitan nuestra protección; otras, que nos alejemos y les dejemos crecer. Como los nuevos tallos de una planta, la personalidad de un niño, su comportamiento, virtudes y defectos son visibles desde temprano, pero al mismo tiempo cambian de forma constante.
Partiendo del taoísmo y el confucianismo, la filósofa Erin Cline nos revela que, a diferencia de la enseñanza actual, obsesionada con el éxito y los logros, los antiguos filósofos chinos se centraban en la realización personal entendida en términos morales, es decir, en el cultivo diario de valores como el amor, la confianza, la solidaridad, el respeto, la empatía y la creatividad, así como el nexo con la naturaleza y el descubrimiento de la verdadera vocación.
Recurriendo a métodos activos que contribuyen al desarrollo de los niños, así como a actividades más sencillas, este libro nos muestra que la filosofía china tradicional es una valiosa guía para alcanzar el equilibrio en la crianza.
Erin Cline es profesora de ética comparada en la Georgetown University e investigadora en el Berkley Center for Religion, Peace, and World Affairs. Especialista en filosofía y religión chinas, así como en filosofía y teología comparadas, entre sus libros destaca A World on Fire: Sharing the Ignatian Spiritual Exercises with Other Religions.
Leer más«La crianza no es sencilla ni directa, sino compleja, llena de obstáculos. No existen soluciones mágicas que lo faciliten todo, ni siquiera una buena parte. Pero sí hay maneras mejores y peores de hacer las cosas, y sistemas que funcionan mejor para unas familias que para otras. Para la mayoría de nosotros, la clave estará en elegir partes sueltas de los diferentes sistemas hasta hallar lo que da resultado en cada situación, para cada niño como individuo, para cada momento de su vida. Tenemos la suerte de que los filósofos chinos escribieron sobre diversos temas, de modo que cada capítulo reúne la perspectiva de varios filósofos sobre un abanico muy amplio de cuestiones, desde las ocasiones especiales, como los cumpleaños o los momentos de contacto con la naturaleza, hasta la manera de descubrir los dones y talentos de cada pequeño, así como sus puntos débiles. Entre las cosas más interesantes que se obtienen al inspirarse en la tradición filosófica china, cabe destacar la tendencia a pensar a fondo sobre lo que hacemos y por qué lo hacemos; a ser fieles a las tradiciones cuando tienen sentido y nos son útiles, e innovar en caso contrario.»
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