Marta Soliño (Vigo, 1998) es Graduada en Publicidad y Relaciones Públicas y tiene un Máster en Periodismo Avanzado Multiplataforma. Comenzó a escribir con diecisiete años en su blog personal, Male Di Miele, dando rienda suelta a las emociones reencarnadas en palabras. Desde 2019 cautiva la atención de miles de seguidores que comparten su poesía y aforismos en Instagram. En 2020 publicó su primer poemario, Reinventarse un domingo, y en 2021 el segundo, Selvas de júbilo. Siempre que estoy a punto de conocerme es su más reciente publicación que incluye poemas, aforismos y está ilustrado con fotografías.
La poeta Marta Soliño ficha por Lunwerg para su tercera obra (la primera ilustrada): un libro que combina poesía, reflexiones y aforismos y que habla del amor propio, la necesidad del autocuidado y los pequeños placeres cotidianos.
Siempre que estoy a punto de conocerme es un manifiesto a favor de los placeres sencillos, un acto de autoafirmación y el libro más profundo y personal de Marta Soliño (@maledimiele). Un poemario que incluye reflexiones y aforismos, en el que se muestra sin máscaras ni personajes. La vida en transición, caminar en dirección contraria, sentir el eco de algunas ausencias, pero también celebrar los sonidos, colores y momentos felices de cada día. Su caligrafía y las diferentes fotografías (algunas extraídas de su álbum personal) completan una obra coral y madura, como un diario que recupera la memoria familiar, danza con el paso del tiempo y propone disfrutar de la espera, el paisaje y las relaciones personales para recuperar la calidez de las cosas cotidianas.
Siempre que estoy a punto de conocerme es un manifiesto a favor de los placeres sencillos, un acto de autoafirmación y el libro más profundo y personal de Marta Soliño (@maledimiele). Un poemario que incluye reflexiones y aforismos, en el que se muestra sin máscaras ni personajes. La vida en transición, caminar en dirección contraria, sentir el eco de algunas ausencias, pero también celebrar los sonidos, colores y momentos felices de cada día. Su caligrafía y las diferentes fotografías (algunas extraídas de su álbum personal) completan una obra coral y madura, como un diario que recupera la memoria familiar, danza con el paso del tiempo y propone disfrutar de la espera, el paisaje y las relaciones personales para recuperar la calidez de las cosas cotidianas.
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