En 1997, la idea de un videoclub virtual parecía absurda, pero sus promotores creían en ella y aceptaron los riesgos. Y es precisamente esa fórmula, la de transformar una idea en un proyecto, arriesgar y confiar en uno mismo, la que Randolph ofrece para alcanzar el éxito. Fue director general fundador de Netflix, productor ejecutivo de su sitio web y miembro de la junta directiva hasta su jubilación en 2004. Desde entonces ha continuado activo como fundador de más de media docena de empresas de éxito, mentor de cientos de emprendedores e inversor en startups.